La ciudad prehispánica de Teotihuacan no sólo se componía por el centro ceremonial, reconocido por sus pirámides, sino que integraba también barrios residenciales. Uno de estos fue el de Tetitla, donde se piensa que habitaba un sector privilegiado de la población, la cual, en su mayor época de esplendor, se acercó a los 100 mil habitantes. En este complejo de estructuras destacan sus pinturas murales, en las que se retratan felinos, aves y deidades de la fertilidad, entre ellas la conocida como Diosa de Jade o Tláloc Verde.
En esta serie de murales se presenta una figura de frente que se ha identificado como femenina, aunque no hay un consenso total entre los expertos. También lleva una máscara, orejeras, collar, placa bucal y pulseras de color verde, quizá de jade. Está ataviada con una capa adornada con motivos, y de sus manos, las cuales se muestran con la palma hacia al frente y los dedos pulgares hacia arriba, caen conchas y caracoles, símbolo de abundancia. Algunos expertos han identificado esta figura como la Gran Diosa de Teotihuacan, pues hay más representaciones de ella en otros complejos.
ℹ️ México que inspira
Mauricio Marat. INAH.
Conoce NEGRO COMO MI CORAZÓN, una marca de diseño mexicana creada en Teotihuacán.